La comunidad de Tilián, ubicada en la localidad de Volcán, se encuentra en una situación crítica tras recibir una orden de desalojo que les exige abandonar las tierras que han ocupado durante años.
Esta medida, que se enmarca en un contexto de tensiones políticas y disputas territoriales, ha generado preocupación e incertidumbre entre los miembros de la comunidad, quienes temen sufrir un destino similar al de la comunidad de Guerrero, que recientemente fue despojada de sus tierras.
Contexto del Desalojo
La orden de desalojo fue emitida por la jueza Liz Valdecantos Bernal, quien ya había intervenido en el despojo de la comunidad de Guerrero. La comunidad de Tilián ha sido intimada a retirarse de un terreno de 5 hectáreas en un plazo de diez días, tras una demanda presentada por Carlos Bárcena, consuegro del ex gobernador Gerardo Morales. Esta situación plantea serias interrogantes sobre la influencia del poder político en la justicia y la protección de los derechos de las comunidades indígenas.
La Demanda y la Orden Judicial
La demanda de desalojo fue presentada por Bárcena, quien alega ser el propietario legítimo de las tierras en disputa. La jueza Valdecantos, en su notificación, advirtió a la comunidad, en particular a Graciela Lamas y a cualquier otro ocupante, que deben dejar el predio libre de ocupantes y objetos. En caso de no cumplir con esta orden, se procederá al desalojo mediante el uso de la fuerza pública.
La comunidad de Tilián, a pesar de contar con personería jurídica y haber sido reconocida como tal, se enfrenta a un desalojo que parece inminente. La documentación que respalda la propiedad comunitaria de las tierras no ha sido suficiente para frenar el procedimiento judicial.
Precedentes de desalojo
La situación de Tilián no es un caso aislado. Recientemente, la comunidad de Guerrero sufrió un desalojo violento, donde cinco familias fueron expulsadas de sus tierras por la fuerza, con la anuencia de la misma jueza Valdecantos. Este patrón de despojo ha generado un clima de temor entre las comunidades indígenas de la región, que ven cómo sus derechos son sistemáticamente vulnerados.
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Otro caso relevante es el de la comunidad aborigen de Caspalá, que el año pasado fue víctima de desalojos y presiones por parte del Gobierno Provincial, durante la gestión de Morales. La destrucción de su cancha ancestral y la expropiación de sus tierras están actualmente bajo investigación por la Justicia Federal.
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La lucha de la comunidad de Tilián
La comunidad de Tilián ha expresado su preocupación y determinación de luchar por sus derechos. A pesar de la adversidad, han manifestado su intención de apelar la decisión de la jueza Valdecantos. Sin embargo, la desconfianza en el sistema judicial local es palpable, dado el historial de decisiones que favorecen a los sectores más poderosos.
La jueza Valdecantos ha justificado su decisión argumentando que la familia afectada no presentó el listado donde figura como parte de la comunidad y que tiene domicilio en el pueblo de Volcán. Esta justificación ha sido recibida con escepticismo por parte de los miembros de la comunidad, quienes consideran que su situación debería ser protegida por la ley.
La Influencia del Poder Político
La relación entre el poder político y los desalojo de comunidades indígenas es un tema recurrente en la región. La figura de Carlos Bárcena, consuegro del ex gobernador Gerardo Morales, plantea serias dudas sobre la imparcialidad de la justicia en este caso. La comunidad de Tilián se encuentra en una posición vulnerable, enfrentando no solo la pérdida de sus tierras, sino también la presión de un sistema que parece favorecer a los intereses de unos pocos.
La situación se complica aún más por el contexto de negocios inmobiliarios y extractivos que amenazan las tierras de las comunidades indígenas. La expansión del Tren Turístico de la Quebrada y otros proyectos comerciales han llevado a la usurpación de tierras, dejando a las comunidades en una lucha constante por su supervivencia.
La resistencia de las comunidades indígenas
A pesar de los desafíos, las comunidades indígenas han demostrado una notable capacidad de resistencia. La comunidad de Tilián, al igual que otras comunidades en la región, ha comenzado a organizarse y a visibilizar su situación. La solidaridad entre comunidades es fundamental en este contexto, ya que la unión de esfuerzos puede ser clave para enfrentar las adversidades que se presentan ante el despojo de sus tierras.
La importancia de la Documentación Legal
Uno de los aspectos más relevantes en la defensa de los derechos de la comunidad de Tilián es la documentación legal que respalda su ocupación de las tierras. La comunidad cuenta con personería jurídica y ha sido incorporada en el ReTeCI (Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas), lo que implica un reconocimiento formal de su posesión y ocupación ancestral. Sin embargo, a pesar de estos documentos, la jueza Valdecantos ha decidido ignorar esta información, lo que plantea serias interrogantes sobre la efectividad de las leyes que protegen a las comunidades indígenas.
La comunidad ha expresado su intención de presentar toda la documentación necesaria para demostrar su derecho a permanecer en las tierras que han habitado por generaciones. Sin embargo, la experiencia previa con la justicia en la región ha dejado a muchos con la sensación de que sus esfuerzos podrían ser en vano.
La Violencia y el Aumento de la Tensión
La violencia ha sido un factor constante en los desalojos de comunidades indígenas en Jujuy. En el caso de Tilián, la comunidad ha denunciado amenazas y actos de intimidación por parte de Carlos Bárcena. En 2020, Bárcena disparó al aire en un intento de amedrentar a los miembros de la comunidad, además de proferir amenazas de muerte. Este tipo de violencia no solo afecta la seguridad de las familias, sino que también crea un ambiente de miedo que dificulta la organización y la resistencia.
La comunidad ha denunciado que, en ocasiones anteriores, han sufrido la matanza de ganado, un acto que atribuyen a la presión ejercida por quienes se consideran propietarios de las tierras. Este tipo de violencia, tanto física como psicológica, es una herramienta utilizada para despojar a las comunidades de sus derechos y su dignidad.
La respuesta de la comunidad y la sociedad civil
Ante la inminente amenaza de desalojo, la comunidad de Tilián ha comenzado a movilizarse. Han buscado el apoyo de organizaciones de derechos humanos y de la sociedad civil, quienes han mostrado interés en visibilizar su situación. La solidaridad entre comunidades indígenas y organizaciones no gubernamentales es fundamental para crear conciencia sobre la problemática que enfrentan.
La comunidad ha realizado asambleas y reuniones para discutir estrategias de defensa y para mantener informados a sus miembros sobre los avances en su lucha. La comunicación y la organización son herramientas esenciales para enfrentar el desalojo y para exigir el respeto a sus derechos.
La necesidad de un cambio en la Justicia
La situación de la comunidad de Tilián pone de manifiesto la necesidad de un cambio en el sistema judicial de Jujuy. La percepción de que la justicia favorece a los sectores más poderosos es un obstáculo para la defensa de los derechos de las comunidades indígenas. La falta de imparcialidad en las decisiones judiciales y la influencia del poder político en los casos de desalojo son cuestiones que deben ser abordadas urgentemente.
Es fundamental que se implementen políticas que garanticen la protección de los derechos de las comunidades indígenas y que se respete su autonomía y su conexión con la tierra. La justicia debe ser un instrumento que defienda a los más vulnerables, no que perpetúe la desigualdad y el despojo.
La lucha por la tierra y la identidad
La lucha de la comunidad de Tilián no es solo por la tierra, sino también por su identidad y su cultura. La conexión con la tierra es fundamental para la supervivencia de las comunidades indígenas, ya que es en ella donde se encuentran sus raíces, sus tradiciones y su forma de vida. El desalojo no solo implica la pérdida de un espacio físico, sino también la pérdida de un legado cultural que ha sido transmitido de generación en generación.
La comunidad de Tilián, al igual que otras comunidades indígenas, busca preservar su identidad y su forma de vida frente a un sistema que parece ignorar sus derechos. La resistencia y la lucha por la tierra son parte de un proceso más amplio de reivindicación de los derechos indígenas en Argentina y en toda América Latina.
La solidaridad como pilar fundamental
La solidaridad entre comunidades indígenas y organizaciones de derechos humanos es crucial en este momento. La comunidad de Tilián ha comenzado a recibir apoyo de diversas organizaciones que buscan visibilizar su situación y brindar asistencia legal. Esta red de apoyo es fundamental para fortalecer su lucha y para garantizar que sus voces sean escuchadas.
La participación de la sociedad civil es esencial para presionar a las autoridades y para exigir que se respeten los derechos de las comunidades indígenas. La movilización social puede ser un factor determinante en la defensa de sus tierras y en la búsqueda de justicia.
La visibilidad de la lucha indígena
La situación de la comunidad de Tilián también pone de relieve la necesidad de visibilizar la lucha de las comunidades indígenas en Argentina. A menudo, sus historias y sus luchas son ignoradas por los medios de comunicación y por la sociedad en general. Sin embargo, es fundamental que se reconozca la importancia de sus derechos y su conexión con la tierra.
Los medios de comunicación tienen un papel crucial en la difusión de estas historias. Al informar sobre la situación de la comunidad de Tilián y otros casos similares, se puede generar conciencia sobre la problemática que enfrentan las comunidades indígenas y la necesidad de un cambio en las políticas públicas.
La esperanza en el futuro
A pesar de los desafíos que enfrenta la comunidad de Tilián, hay un sentido de esperanza en su lucha. La determinación de sus miembros para defender sus derechos y su cultura es un faro de resistencia en un contexto adverso. La comunidad ha demostrado que, a pesar de las amenazas y la violencia, están dispuestos a luchar por su futuro.
La historia de Tilián es una historia de lucha, resistencia y esperanza. A medida que se acerca el plazo de desalojo, la comunidad se mantiene unida y firme en su decisión de no abandonar sus tierras. La conexión con su cultura y su identidad es más fuerte que cualquier amenaza externa.
Reflexiones Finales
La situación de la comunidad de Tilián es un reflejo de las tensiones que existen entre el poder político y los derechos de las comunidades indígenas en Argentina. La orden de desalojo emitida por la jueza Liz Valdecantos, en favor de Carlos Bárcena, consuegro del ex gobernador Gerardo Morales, plantea serias interrogantes sobre la imparcialidad de la justicia y la protección de los derechos de las comunidades.
La comunidad de Tilián, al igual que muchas otras en Argentina y en el mundo, merece ser escuchada y respetada. Su lucha es una lucha por la justicia, y su historia es una parte integral de la historia de nuestro país. La solidaridad, la organización y la visibilidad son herramientas esenciales en esta lucha, y es responsabilidad de todos contribuir a un futuro más justo y equitativo.
A medida que se acerca el plazo de diez días para el desalojo, la comunidad de Tilián se enfrenta a un futuro incierto. Sin embargo, su determinación de luchar por sus derechos y su identidad es un testimonio de la resiliencia de las comunidades indígenas ante la adversidad. La lucha por la tierra y la justicia es un camino difícil, pero la comunidad de Tilián ha demostrado que no están dispuestos a rendirse sin pelear.
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