En la jornada 3 del grupo A en el estadio Nacional de Brasilia el seleccionado de Lionel Scaloni se impuso por 1-0, en esta oportunidad ante Paraguay
El único gol de la contienda fue fabricado a los 10′ del primer acto por Alejandro ‘Papu’ Gómez, luego de una magnífica asistencia de Ángel Di Maria, que volvió a ser de la partida.
Con mayores dudas que aciertos, Argentina nuevamente concluyó los 90′ replegado defensivamente y sin encontrar el rumbo a una idea de juego que lo identifique, además volvió a modificar jugadores en la formación inicial y retornó con un esquema táctico de 4-2-3-1.
Pese a un solo tramo de 20 minutos, desplegando un fútbol sólido y con correctos desplazamientos del balón, Argentina reiteró su manera de jugar y trás el gol convertido en el primer tiempo por el delantero del Sevilla sufrió la falta de creatividad para liquidarlo.
Sumado a ello, el conjunto de Eduardo Berizzo con el marcador en desventaja y con el porcentaje de posesión a su favor, no encontró los caminos para hacerle daño al equipo celeste, mientras tanto, solamente Miguel Almirón (el futbolista que limita en el Newcastle de Inglaterra) fue el más incisivo y ambicioso, pero el joven Nahuel Molina volvería a cumplir con su tarea de lateral derecho bloqueando los intentos de regates del paraguayo.
Así de esta manera y como viene siendo habitual en el entrenador Scaloni, Argentina se rehusó a ser protagonista y tapó momentáneamente el sol con el gol convertido en la primera etapa.
En consecuencia, con la clasificación lograda como objetivo primordial Argentina no convence aún a sus hinchas, y deja en evidencia la falta de ritmo futbolístico, de concentración y paciencia para atacar, además de la serenidad para ganar con un cómodo resultado y con un estilo que prevalezca para los siguientes partidos.