Las ciudades alrededor del mundo están cada vez más expuestas a fenómenos climáticos extremos como inundaciones, sequías y desastres naturales que afectan a la infraestructura y calidad de vida de sus habitantes.
En este contexto, muchas ciudades, independientemente de su desarrollo económico o capacidad técnica, se encuentran en la urgente necesidad de adoptar medidas que promuevan la resiliencia climática.
Desde una planificación urbana más sostenible hasta la implementación de sistemas de drenaje innovadores, los expertos plantean estrategias para enfrentar este desafío y construir ciudades que no solo sobrevivan, sino que prosperen en medio de la crisis climática.
La urgencia de ciudades resistentes al clima
En la actualidad, ciudades como Valencia, España, enfrentan eventos climáticos sin precedentes. La reciente tormenta que afectó esta ciudad dejó como saldo decenas de víctimas fatales y cuantiosos daños materiales. Este caso es solo uno de los múltiples ejemplos alrededor del mundo que reflejan cómo el cambio climático ha intensificado los fenómenos meteorológicos, dejando en evidencia la vulnerabilidad de muchas ciudades.
Según la empresa de infraestructura Amanco Wavin, especializada en la construcción de entornos urbanos sostenibles, trabajar para lograr ciudades resistentes al clima implica la adopción de estrategias concretas y sostenibles para mitigar estos impactos. Entre estas estrategias se encuentran la infraestructura verde, la movilidad sostenible, la eficiencia energética y, en particular, la gestión del agua como un recurso fundamental en la adaptación climática.
El rol de la gestión del agua en la adaptación climática
La gestión del agua es crucial en la construcción de ciudades adaptadas al cambio climático. En un entorno natural, el agua que cae durante una precipitación sigue un ciclo donde aproximadamente el 50% se infiltra en el suelo, un 40% se evapora o es transpirada por la vegetación, y solo un 10% escurre en la superficie. Sin embargo, en áreas urbanas, el alto grado de impermeabilización del suelo, causado por construcciones y pavimento, altera este ciclo. En una ciudad, apenas un 15% del agua se infiltra en el suelo, mientras que un 55% escurre directamente, aumentando los riesgos de inundación y reduciendo la recarga de acuíferos.
Efectos del cambio climático sobre el ciclo del agua
La alteración del ciclo del agua en áreas urbanas se ve aún más comprometida por los efectos del cambio climático. En los últimos años, los eventos de lluvias intensas han aumentado en un 30%, mientras que los períodos de sequía se han vuelto más prolongados, afectando al 70% de las megaciudades del mundo. Este escenario plantea un desafío doble: por un lado, las lluvias intensas incrementan el riesgo de inundaciones; por otro, las sequías prolongadas dificultan la recarga de acuíferos y agravan la escasez de agua.
Limitaciones de los sistemas convencionales de drenaje
Ante situaciones de inundación, una respuesta común es cuestionar la capacidad de los sistemas de drenaje de las ciudades. Sin embargo, los sistemas tradicionales, basados principalmente en tuberías y canales subterráneos, tienen sus limitaciones. Sandra Pérez, gerente de Producto global de Amanco Wavin, explica que “aunque los sistemas de drenaje convencionales son necesarios, no son la solución definitiva para manejar grandes cantidades de agua durante eventos climáticos extremos”.
Según Pérez, ampliar la infraestructura de drenaje para soportar lluvias más intensas resulta inviable en muchos casos, tanto técnica como económicamente. Además, estos sistemas no contribuyen a la recarga de acuíferos, limitando la capacidad de las ciudades para mantener sus reservas de agua en tiempos de sequía.
Soluciones innovadoras: los Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS)
Frente a estas limitaciones, han surgido alternativas que buscan replicar las condiciones naturales de los ecosistemas para mejorar la infiltración del agua en el suelo y reducir la escorrentía superficial. Conocidos como Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible (SUDS), estos enfoques están diseñados para gestionar el agua de una forma más natural y sostenible.
Los SUDS incluyen medidas como espacios verdes, pavimentos permeables y superficies vegetadas que permiten que el agua se infiltre en el suelo. Cuando la infraestructura existente no permite modificar el suelo, como en el caso de edificios, estos sistemas pueden recolectar el agua de lluvia en techos o terrazas para luego almacenarla y darle un uso secundario, como en el riego de jardines o para la limpieza urbana.
“La implementación de sistemas SUDS permite retener el agua en lugar de dejarla escurrir por la superficie o sobrecargar la red pluvial de la ciudad”, señala Pérez. “Además, estos sistemas contribuyen a la recarga de los acuíferos, lo que mejora la disponibilidad de agua durante los períodos de sequía y reduce el uso de agua potable para fines no relacionados con el consumo humano”.
Hacia una planificación urbana integral
Los sistemas SUDS no solo ayudan a prevenir inundaciones, sino que también forman parte de una planificación urbana integral que busca hacer frente a los desafíos del cambio climático. Para que estas soluciones sean efectivas, Pérez destaca la importancia de que las autoridades adopten una perspectiva a largo plazo y consideren estos enfoques como parte de sus políticas públicas. “La implementación de SUDS no solo fortalece la resistencia climática, sino que puede reducir las inversiones necesarias en los sistemas de drenaje convencionales”, afirma.
Además, una ciudad resistente al clima requiere de colaboración interdisciplinaria, donde arquitectos, ingenieros, urbanistas y autoridades trabajen juntos para desarrollar soluciones que respondan a las necesidades actuales y futuras de la población.
Un compromiso conjunto para un futuro sostenible
La crisis climática ha puesto a prueba a las ciudades, obligándolas a adaptarse y a construir infraestructuras más resilientes. La gestión sostenible del agua es solo uno de los aspectos fundamentales en la creación de ciudades capaces de afrontar los desafíos del futuro. Para lograrlo, es esencial que tanto las autoridades como la ciudadanía tomen conciencia de la importancia de adoptar medidas de sostenibilidad.
En conclusión, el desarrollo de ciudades resistentes al clima es un reto global que requiere compromiso y acción coordinada. La adopción de Sistemas Urbanos de Drenaje Sostenible y otras soluciones de infraestructura verde son pasos en la dirección correcta para garantizar un entorno urbano seguro y saludable, capaz de enfrentar los efectos cada vez más pronunciados del cambio climático.
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