En un giro inesperado y polémico, la presidente del Partido Justicialista (PJ) nacional, Cristina Fernández de Kirchner, ha sellado un pacto con Rubén Armando Rivarola, ex titular del PJ jujeño, quien fue desplazado tras la intervención del Consejo Nacional en 2023. Esta reunión, que incluyó a la referente de La Cámpora en Jujuy, Leila Chaher, y a los interventores del justicialismo en la provincia, Aníbal Fernández y Gustavo Menéndez, ha generado un torrente de críticas y cuestionamientos sobre la dirección que está tomando el partido.
Ayer tarde noche, excelente reunión con el peronismo jujeño y dirigentes de otros partidos políticos de esa provincia.
Diputados nacionales y provinciales. Intendentes y concejales. Dirigentes políticos, sociales y gremiales y profesionales. Todos ellos expusieron durante más… pic.twitter.com/zQUEuv0Mga
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) February 27, 2025
Un pacto cuestionado
La foto que CFK compartió en sus redes sociales, donde se la ve sonriente junto a Rivarola y otros dirigentes, ha sido interpretada como un claro mensaje de unidad, pero también como una traición a los principios del justicialismo. Rivarola, quien fue acusado de haber hecho un pacto con el ex gobernador Gerardo Morales para aprobar una nueva Constitución Provincial, es visto como un símbolo de la corrupción y la complicidad que ha caracterizado a la política jujeña en los últimos años.
La intervención del PJ jujeño por parte de Alberto Fernández fue una respuesta a las acusaciones de Rivarola, quien había apoyado la represión de las protestas en contra de la reforma constitucional. La nueva constitución, que restringe el derecho a la protesta y elimina derechos de los pueblos originarios, fue aprobada en medio de una brutal represión, un hecho que Rivarola no solo toleró, sino que también justificó.
La Cámpora y su complicidad
La presencia de la diputada Leila Chaher en esta reunión es particularmente inquietante. A pesar de haber denunciado la represión y la violencia policial durante las protestas, hoy se encuentra aliada con Rivarola, un hombre que ha sido señalado como cómplice de la represión. La contradicción es evidente: ¿cómo puede La Cámpora, que se ha posicionado como defensora de los derechos humanos, aliarse con alguien que ha estado en el centro de la controversia por su apoyo a la represión?
Chaher, quien había presentado un proyecto de investigación sobre los hechos represivos, parece haber olvidado sus principios en favor de una supuesta unidad que, en realidad, solo beneficia a los intereses de un grupo selecto dentro del PJ.
La reacción de la ciudadanía
La ciudadanía jujeña ha reaccionado con indignación ante este pacto. La aprobación de la nueva constitución, que restringe derechos fundamentales, ha dejado una herida abierta en la sociedad. La complicidad de Rivarola con Morales y su entorno ha sido denunciada por diversas organizaciones sociales y de derechos humanos, incluyendo a la presidiaria Milagro Sala, quien está con domiciliaria por delitos de corrupción, ha sido una voz crítica de la represión en Jujuy.
Sala, activista y dirigente de la Organización Barrial Tupac Amaru, ha señalado que Rivarola es «socio directo en todos los negocios y atropellos judiciales de Morales». Esta declaración resuena con fuerza en un contexto donde la represión y la violación de derechos humanos son pan de cada día.
La estrategia electoral del PJ
El pacto entre Kirchner y Rivarola no solo es un tema de principios, sino que también tiene implicaciones electorales. Con las elecciones provinciales a la vista, el PJ busca consolidar su poder en Jujuy, pero a costa de su propia integridad. La decisión de postergar las elecciones internas del partido, en un intento por consolidar una lista que incluya a todos los sectores, es vista como una maniobra desesperada para mantener el control.
Rivarola ha declarado que «se terminó la división en el Justicialismo», pero muchos se preguntan: ¿a qué costo? La unidad que promueve parece estar más relacionada con la supervivencia política que con un verdadero compromiso con los valores del justicialismo.
La crítica de los dirigentes
La intervención del PJ en Jujuy ha generado reacciones entre los propios dirigentes del partido. Varios diputados, como Victoria Tolosa Paz y Alberto Arrúa, han expresado su descontento con la dirección que está tomando el partido bajo el liderazgo de Kirchner. La decisión de sellar un pacto con Rivarola, en lugar de buscar una verdadera renovación, ha sido vista como un error estratégico que podría costarle caro al PJ en las próximas elecciones.
La historia de la represión en Jujuy
La historia reciente de Jujuy está marcada por la represión y la violencia. La aprobación de la nueva constitución provincial en 2023, impulsada por Morales y apoyada por Rivarola, fue un punto de inflexión. La represión de las protestas que se llevaron a cabo en contra de esta reforma fue brutal, dejando a decenas de manifestantes heridos y a muchos otros detenidos. Organismos de derechos humanos han denunciado la violencia policial, pero la respuesta del PJ ha sido, en gran medida, la complicidad.
La eliminación de derechos fundamentales, como el derecho a la protesta y la protección de los pueblos originarios, ha sido un golpe devastador para la sociedad jujeña. La complicidad de Rivarola en estos hechos no solo lo convierte en un blanco de críticas, sino que también mancha la reputación del PJ, que se presenta como un defensor de los derechos de los trabajadores y de los sectores más vulnerables.
La doble moral del Justicialismo
La situación actual del PJ en Jujuy pone de manifiesto la doble moral que ha caracterizado a muchos de sus dirigentes. Mientras que en el discurso se promueven valores de justicia social y defensa de los derechos humanos, en la práctica se establecen alianzas con aquellos que han sido cómplices de la represión y la violación de estos mismos derechos.
La imagen de Cristina Kirchner sonriendo junto a Rivarola y otros dirigentes en un momento tan crítico es un símbolo de esta contradicción. La búsqueda de poder a cualquier costo ha llevado al PJ a un punto de inflexión, donde los principios parecen haber sido sacrificados en el altar de la conveniencia política.
La resistencia de la sociedad civil
A pesar de la situación desalentadora, la sociedad civil en Jujuy no se ha quedado de brazos cruzados. Organizaciones sociales, movimientos de derechos humanos y ciudadanos comunes han alzado su voz en contra de la represión y la corrupción. La figura de Milagro Sala sigue siendo un símbolo de resistencia, y su lucha por la justicia y la dignidad continúa inspirando a muchos.
La respuesta de la ciudadanía ante el pacto entre Kirchner y Rivarola será crucial en las próximas elecciones. La indignación y el rechazo a la complicidad del PJ con la represión podrían traducirse en un voto de castigo en las urnas, lo que podría cambiar el rumbo del justicialismo en la provincia.
La mirada hacia el futuro
El futuro del PJ en Jujuy es incierto. La decisión de sellar un pacto con Rivarola, un hombre que ha estado en el centro de la controversia por su complicidad con la represión, podría tener consecuencias devastadoras para el partido. La falta de una verdadera renovación y el apego a viejas prácticas políticas podrían llevar al PJ a un aislamiento aún mayor.
La necesidad de un cambio real es evidente. La ciudadanía exige un liderazgo que no solo hable de justicia social, sino que también actúe en consecuencia. La unidad del justicialismo no puede basarse en alianzas con aquellos que han traicionado los principios fundamentales del partido.
Llamado a la reflexión
El pacto entre Cristina Kirchner y Rubén Rivarola es un llamado a la reflexión para todos los militantes y simpatizantes del PJ. La política no puede ser un juego de poder donde se sacrifiquen los principios en favor de la conveniencia. La historia de Jujuy y la lucha por los derechos humanos deben ser recordadas y honradas, no olvidadas en el camino hacia el poder.
La verdadera unidad del justicialismo debe basarse en la defensa de los derechos de todos los ciudadanos, en la lucha contra la represión y en la búsqueda de un futuro más justo. La ciudadanía está atenta y espera respuestas claras y contundentes de sus dirigentes. La política debe ser un espacio de construcción colectiva, no de complicidad y traición.
Descubre más desde Jujuy Gráfico
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.
Debe estar conectado para enviar un comentario.