El pasado 15 de diciembre de 2025, el frente político Jujuy Crece realizó un acto conmemorativo en el Estadio de la Federación de Básquet de San Salvador de Jujuy para celebrar los diez años desde el inicio de la gestión radical encabezada por Gerardo Morales en 2015. El evento, desarrollado bajo la consigna «2015-2025, 10 años de transformación. Un puente al futuro», reunió al actual gobernador Carlos Sadir, al exgobernador Morales, al intendente capitalino Raúl «Chuli» Jorge, al vicegobernador Alberto Bernis, además de autoridades de la Unión Cívica Radical (UCR), legisladores, dirigentes y simpatizantes.
Durante el encuentro se presentó un video audiovisual con los principales logros de la década y se anunció la creación del sitio web www.transformamosjujuy.com.ar, diseñado para sintetizar los avances de la administración provincial. Sin embargo, la ceremonia ha generado un marcado contraste de opiniones que divide radicalmente la percepción sobre esta década de gobierno.
Dos narrativas opuestas: Transformación versus autocracia
El acto conmemorativo puso en evidencia dos visiones diametralmente opuestas sobre la última década en la provincia. Por un lado, el discurso oficial celebra una era de «gran transformación» caracterizada por la recuperación de la paz social, profundos cambios institucionales, la modificación de la matriz productiva y una significativa inversión pública en áreas clave. Por el otro, una perspectiva crítica articula severos cuestionamientos, calificando el evento como una «acción desesperada» de un ciclo político desgastado y describiendo la gestión como una «autocracia» y una «farsa».
El balance oficial: Paz, desarrollo y continuidad
Según Diario Pregón y Todo Jujuy, Gerardo Morales pronunció un discurso en el que afirmó: «En el 2015 asumimos con un proyecto que ha generado grandes transformaciones para Jujuy. Jujuy no es lo mismo que era hace 10 años. Ha generado cambios, desde recuperar la paz, cambios institucionales y la transformación de la matriz productiva».
El exgobernador destacó como logros centrales haber dejado atrás «décadas de violencia institucional y de déficit crónicos de las administraciones peronistas», según cita Diario Pregón de Jujuy. Entre las reformas institucionales mencionadas se encuentran la limitación de mandatos, la eliminación de fueros y la selección de jueces por concurso, todas consolidadas en la reciente reforma constitucional provincial.
En cuanto a la transformación productiva, el oficialismo subraya el impulso a proyectos estratégicos bajo el lema «Jujuy Verde», que incluyen el desarrollo de energías renovables con la emblemática planta solar Cauchari, la biotecnología aplicada al cannabis medicinal a través de Cannava S.E., la inversión en la industria del litio y el fomento a la electromovilidad. Morales afirmó que estos cambios posicionaron a Jujuy «en un nuevo escenario productivo».
La página web de la gestión enumera una extensa lista de obras de infraestructura, incluyendo la Zona Franca de Perico, el Complejo Penitenciario Chalicán, el Nuevo Aeropuerto Internacional, el Parque Lineal Xibi-Xibi y el Tren Solar de la Quebrada. En el ámbito social y educativo se destacan el Boleto Estudiantil Gratuito Universal y Provincial (BEGUP), el plan PROMACE para infraestructura educativa y la creación de la carrera de Medicina. La modernización del Estado se refleja en la creación del Ministerio de Modernización, un Data Center y el Centro de Monitoreo 911.
Por su parte, el gobernador Carlos Sadir expresó, según Las 24 horas de Jujuy: «Este proyecto sigue más firme que nunca, que sigue trabajando, que sigue creyendo en nuestra gente, creyendo en los jujeños». En su discurso, citado por Todo Jujuy y Diario Pregón, Sadir subrayó que «el gran desafío es más producción, es más mano de obra, es más puestos de trabajo, pero sobre todo es mejor calidad de vida para los jujeños. Eso es lo que hacemos todos los días».
La visión crítica: Represión, endeudamiento y control institucional
Medios como Jujuy Al Momento y Jujuy Dice ofrecen una perspectiva radicalmente diferente, describiendo el evento como un montaje para ocultar un profundo desgaste político y social. Esta narrativa cuestiona duramente los pilares del discurso oficial.
Respecto a la supuesta «paz social», la crítica sostiene que el orden se logró mediante la persecución de opositores. Jujuy Dice afirma que «los 10 años de ‘paz’ sólo fueron posibles utilizando los tres poderes del Estado para perseguir y espiar a adversarios». Se menciona la creación del Ministerio Público de la Acusación y la implementación del Código Contravencional como herramientas para «perseguir opositores» y detener a la líder social Milagro Sala, prisión ratificada por la Corte Suprema de Justicia Nacional. La gestión de Morales es acusada de promover una «política de estado destinada a anular la disidencia y la protesta social».
En cuanto al equilibrio fiscal celebrado por el oficialismo, Jujuy Al Momento señala que se logró «sobre las espaldas de los trabajadores y la ciudadanía, ‘pisando’ el salario real de los empleados públicos y realizando recortes en áreas sensibles». La narrativa crítica también denuncia que no hubo un cambio real de la matriz productiva a pesar de proyectos emblemáticos como Cauchari o Cannava.
Uno de los cuestionamientos más severos apunta al endeudamiento provincial. Las fuentes críticas denuncian que la provincia está «literalmente quebrada, producto directo de la deuda irresponsable e impagable en dólares tomada por morales». Además, se critica la falta de generación de empleo de calidad, citando denuncias sobre la contratación de trabajadores extranjeros en el parque industrial de Perico en detrimento de la mano de obra local.
Jujuy Al Momento describe la gestión como una «autocracia ineficiente y autoritaria» que transformó al poder judicial «en una mera escribanía del poder ejecutivo». Se acusa al radicalismo de anular la división de poderes, cooptando la justicia y el parlamento. La reforma constitucional es vista como el instrumento que «blanqueó todo ese panorama» de control institucional.
Tensiones internas y dualidad de poder
El análisis del acto, particularmente desde Jujuy OnLine Noticias, revela la existencia de conflictos latentes y una crisis de liderazgo dentro del oficialismo. Se describe una «confirmación visual de un poder compartido, una dualidad inviable en la práctica» entre Morales y Sadir, lo que deja «en entredicho quién detenta realmente la ‘lapicera’ del gobierno».
Detalles aparentemente menores, como la llegada tardía de Sadir al acto y un momento de confusión del locutor al presentar a Morales antes que al gobernador en funciones, son interpretados como síntomas de esta tensión. El propósito mismo del evento es objeto de debate: algunos analistas lo interpretan como un auto-homenaje de Morales, un virtual lanzamiento de campaña para una candidatura a gobernador en 2027, o una torpe ceremonia de despedida para «pasar la posta» a Sadir.
Morales entre el consejo y el protagonismo
Gerardo Morales intentó posicionarse en un rol de consejero y mentor. Según Diario Pregón de Jujuy, declaró: «Mi lugar ya es de asesorar, de abrir caminos, de que no se generen obstáculos, de pensar los desafíos para los próximos tiempos, de ayudar desde la experiencia». Aclaró que no buscará cargos públicos en 2026 y que su intención es «abrirnos a una gran renovación de actitudes y pensamientos», dando espacio a los jóvenes.
Sin embargo, esta postura contrasta con la centralidad que el exgobernador mantuvo durante el acto, alimentando especulaciones sobre sus verdaderas intenciones políticas de cara a las elecciones de 2027.
Desconexión con el clima político nacional
Las fuentes críticas señalan una notable disonancia entre el discurso del oficialismo jujeño, centrado en la consigna de un «Estado presente», y el actual clima político nacional marcado por el discurso anti-Estado del presidente Javier Milei. Esta insistencia en un relato que ya no sintoniza con el humor social es vista como una señal de que Morales «está cada vez más alejado de lo que realmente quiere la ciudadanía».
El acto conmemorativo, lejos de cerrar un ciclo con consenso, ha profundizado las divisiones en torno al legado de esta década. Mientras el oficialismo reivindica una transformación histórica y promete continuidad, sus críticos denuncian un modelo de gestión autoritaria que ha dejado a la provincia con graves problemas de deuda, empleo y libertades democráticas.
¿Qué sigue para Jujuy? El debate que definirá el futuro provincial
La conmemoración de los diez años de gestión radical en Jujuy expone una profunda fractura en la percepción ciudadana y mediática sobre el rumbo provincial. Entre celebraciones de logros en infraestructura, energías renovables y reformas institucionales, y severas acusaciones de represión, endeudamiento y control político, la provincia enfrenta un escenario de incertidumbre sobre su futuro político y social. La dualidad de poder entre Morales y Sadir, sumada a la desconexión con las tendencias nacionales, plantea interrogantes sobre la viabilidad y el destino de este proyecto en los próximos años.
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