La figura de Milagro Sala, líder de la organización Tupac Amaru, ha estado marcada por una compleja y prolongada contienda judicial en la provincia de Jujuy. En un nuevo giro, la Corte Suprema de Justicia de la Nación rechazó el recurso interpuesto por el exgobernador Gerardo Morales, quien había buscado que se mantuviera la causa judicial conocida como los «Huevazos», que se remonta a 2009, cuando la dirigente fue acusada de instigar un ataque con huevos contra Morales.
Este fallo, que deja en evidencia los cuestionamientos hacia el proceso judicial, se inscribe en un contexto más amplio de persecución política según la defensa de Sala. A continuación, un análisis detallado de las irregularidades en el caso, la situación judicial de Sala y el impacto de la decisión de la Corte Suprema.
El caso de los «Huevazos»: Causas y argumentos judiciales
La causa de los «Huevazos» se originó en 2009 cuando, durante una conferencia de Gerardo Morales en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de Jujuy, un grupo de manifestantes arrojó huevos al político, quien por entonces se desempeñaba como senador nacional. Aunque en un principio la justicia apuntó a Milagro Sala como la instigadora del ataque, posteriormente se descubrió que las pruebas que sustentaban su condena eran inconsistentes.
La acusación se basó en un testimonio que luego fue desmentido, ya que el testigo clave en el juicio, René «Cochinillo» Arellano, fue descubierto involucrado en actividades que favorecían a Morales. Arellano, quien inicialmente declaró en contra de Sala, recibió un contrato millonario del gobierno de Jujuy, lo que generó sospechas sobre la veracidad de su testimonio y la influencia política detrás de la acusación.
A pesar de las inconsistencias, en 2016, la Justicia Federal condenó a Milagro Sala a tres años de prisión en suspenso por el delito de daño agravado en su calidad de instigadora, aunque fue sobreseída en el cargo de amenazas. La decisión fue tomada por el Tribunal Oral Federal de Jujuy, aunque en ese mismo juicio se reconoció que no se podía probar que Sala estuviera presente en la protesta. A partir de 2017, la Cámara de Casación y la Corte Suprema dictaron fallos en favor de Sala, rechazando la acusación y poniendo fin a la causa.
La persecución judicial y la defensa de Sala
El abogado defensor de Milagro Sala, Marcos Aldazabal, ha sostenido en múltiples ocasiones que la causa fue armada con fines políticos, indicando que las irregularidades en la instrucción judicial fueron evidentes. Según Aldazabal, la acusación se sustentaba en un testimonio falso de un testigo que, además, estaba vinculado a Gerardo Morales a través de contactos con su abogado. El abogado explicó que este testimonio fue decisivo en la condena inicial, pero que tras ser investigado, se revelaron pruebas de que el testigo había mentido bajo presión.
Por otro lado, Milagro Sala ha calificado las causas judiciales en su contra como un mecanismo de persecución política orquestado por Gerardo Morales, quien buscó desgastar su figura política y socavar la influencia de la Tupac Amaru. En sus declaraciones, Sala aseguró que la justicia en su caso fue manipulada para mantenerla encarcelada y hacerla responsable de delitos que no cometió. Además, denunció que los testimonios fueron comprados y manipulados, subrayando que muchos de los testigos fueron amenazados o sobornados para declarar en su contra.
En entrevista con Radio 750, Sala expresó su malestar por lo que considera una persecución sistemática a su persona. «Si me lo hacen a mí, imagínate cuántas personas inocentes fueron a la cárcel», lamentó. La dirigente también subrayó el impacto de esta situación en su salud mental y física, mencionando que los efectos de esta persecución han sido devastadores para su bienestar y su familia.
Desde su prisión domiciliaria en La Plata, Sala celebró el fallo de la Corte Suprema, pero lamentó los daños irreparables sufridos durante años de juicios. «Esto no me devuelve lo que me arrebataron. Me destruyeron emocional y físicamente,» afirmó. La dirigente también denunció el deterioro de su salud: «Hoy tomo siete pastillas al día solo para poder funcionar.»
La irregularidad judicial y la decisión de la Corte Suprema
Uno de los puntos clave que ha señalado Marcos Aldazabal es que la causa de los «Huevazos» fue irregular desde su inicio. El abogado explicó que, incluso en 2021, cuando la Cámara de Casación dictó una resolución a favor de Sala, el Tribunal Oral de Jujuy se negó a aplicar la prescripción del caso, a pesar de haber superado los plazos legales. Esta decisión fue corregida por la Corte Suprema, que finalmente falló a favor de la dirigenta social y puso fin a este proceso judicial tras más de 15 años de trámites.
Aldazabal, además, destacó que este fallo de la Corte Suprema representa un avance en la lucha contra lo que él considera un lawfare en Argentina, un término que hace referencia al uso de las instituciones judiciales y legales con fines políticos. Según el abogado, este tipo de prácticas afecta a muchas personas que se oponen al poder y se ven involucradas en procesos judiciales sin pruebas sólidas.
La influencia de Gerardo Morales en el caso
El exgobernador de Jujuy Gerardo Morales ha sido un actor clave en esta causa, y su relación con los testigos y el manejo de las causas judiciales contra Sala ha sido objeto de análisis. Como se mencionó anteriormente, René «Cochinillo» Arellano, quien fue uno de los principales testigos en el juicio, recibió un contrato millonario del gobierno de Morales, lo que refuerza las sospechas de que hubo un acuerdo detrás de su declaración.
Morales, quien ha sido un fuerte crítico de Milagro Sala y ha buscado mantenerla tras las rejas, ha intentado en múltiples ocasiones revivir la causa de los «Huevazos», a pesar de que las pruebas eran frágiles y las irregularidades eran evidentes. El reciente fallo de la Corte Suprema, que desestimó la causa, representa un revés para Morales y su estrategia judicial, que ha sido fuertemente cuestionada por organizaciones de derechos humanos y políticos opositores.
El no impacto en la libertad de Milagro Sala
A pesar del fallo favorable en la causa de los «Huevazos», Milagro Sala sigue enfrentando varias otras acusaciones judiciales, muchas de ellas vinculadas a su rol como líder social y militante. Sala ha sido condenada en otras causas, como la de fraude al Estado, por la que recibió una condena de 13 años de prisión, aunque muchas de estas sentencias están aún en proceso de apelación y no tienen condena firme.
Pese a la resolución judicial favorable en este caso, Milagro Sala permanece condenada por otros cargos, destacándose el caso «Pibes Villeros», que la señala como responsable de un esquema de corrupción en la construcción de viviendas sociales. Por su parte, Morales enfrenta acusaciones por su rol en los procesos judiciales contra Sala y posibles irregularidades en el manejo de testigos.
No hay Milagro para Sala: Casal dejó firme la condena de 13 años de la causa «Pibes Villeros»
Un balance de las causas contra Sala
Pese al sobreseimiento en la causa «Huevazos», Milagro Sala enfrenta numerosas condenas y procesos judiciales:
- «Pibes Villeros»: Acusada de desviar 60 millones de pesos destinados a viviendas sociales, fue condenada a 13 años de prisión.
- Lesiones graves: Condenada a 4 años por una agresión premeditada en 2006.
- Acampe: En 2016, la ocupación de la plaza central de San Salvador de Jujuy derivó en su detención preventiva.
En cuanto a su libertad, Sala permanece con prisión domiciliaria en la ciudad de La Plata, beneficiada por la Ley de Prisión Domiciliaria para personas con enfermedades graves, mientras sigue buscando «los mecanismos para eludirse» contra el sistema judicial que la acusa «de delitos sin pruebas contundentes».
La continuidad de la larga batalla judicial
Aunque el reciente fallo de la Corte Suprema en el caso de los «Huevazos» representa un triunfo para la defensa de Milagro Sala, la dirigente social continúa enfrentando un panorama judicial complicado. Aún con el cierre de esta causa, el conjunto de acusaciones en su contra sigue vigente, lo que pone de manifiesto la persistencia de lo que muchos califican como una persecución política orquestada por Gerardo Morales y otros actores políticos.
El futuro de Milagro Sala sigue siendo incierto, y muchos cuestionan el uso del poder judicial como herramienta para atacar a los opositores y desestabilizar figuras políticas que representan a sectores sociales y populares.
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